Sin médicos

María Xosé Blanco Giráldez
María Xosé Blanco CARA Y CRUZ

BARBANZA

CARMELA QUEIJEIRO

09 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde hace un tiempo, y no hablo de días sino de varias semanas, cada vez que me enfrento al proceso de pedir cita médica lo hago con temor y rabia. El primer paso acaba siempre de la misma forma, abriéndose ante mis ojos, en la aplicación del Sergas, un mensaje que me alerta de que la agenda del profesional asignado no dispone de huecos libres. El texto concluye sugiriéndome que contacte con mi centro de salud como solución. Cómo si eso fuera tarea fácil. Pese a intentarlo a diferentes horas del día, el teléfono suena sin que nadie responda al otro lado de la línea, hasta que salta el contestador. De nuevo, otra propuesta inútil. En varias ocasiones he probado a darle mis datos a la máquina y esperado una llamada del centro de salud que nunca llega.

La única salida es presentarse en el servicio médico y ponerse a merced del trabajador de turno que, como milagros no puede hacer, no suele encontrar una opción de consulta antes de 15 días. Una de las posibilidades que se plantea entonces pasa por acudir a través de la puerta de urgencias, una alternativa que a veces, y estoy segura de que no soy la única, es descartada por la vergüenza que supone recurrir a este médico a sabiendas de que el problema no es realmente urgente, aunque tampoco para esperar dos semanas. La otra alternativa es recurrir a un centro sanitario privado. ¿Es esto lo que buscan quienes hacen caso omiso de las quejas por falta de médicos que se repiten sin cesar?

Que no vuelva una pandemia como la que puso en entredicho el sistema sanitario, porque estoy convencida de que la situación actual es peor.