La pluma que se estrena para convertir en novela el naufragio del Larache

María Xosé Blanco Giráldez
m. x. blanco RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

cedida

El arquitecto catalán Javier Losada ofrece en «Mar de Muros» una explicación ficticia a la tragedia ocurrida en 1908

09 may 2024 . Actualizado a las 04:47 h.

El 24 de junio de 1908 tenía lugar frente a las costas de Muros un trágico accidente marítimo. El vapor Larache se hundía en solo ocho minutos tras chocar contra los bajos rocosos de Ximiela, dejando la friolera de 85 fallecidos. Muchos se preguntaron entonces cómo había podido ocurrir este suceso, teniendo en cuenta que solo tres años había ocurrido en este mismo punto un naufragio similar. La fatal coincidencia llamó la atención de Arturo Losada Malvárez (Barcelona, 1964), quien decidió buscarle respuesta a través de una novela. El libro, Mar de Muros, mezcla hechos históricos con ficción para recrear las semanas posteriores a la tragedia.

Con este volumen, el autor, arquitecto de profesión, quiere rendirle su particular homenaje a Muros, un territorio que lo cautivó cuando era niño. «Mis abuelos maternos son de allí y fue mi lugar de veraneo durante la infancia, por eso quise devolverle todo lo que me dio». La idea de escribir un libro rondaba hacía tiempo por su cabeza y consultando una página web sobre naufragios, encontró un hilo del que tirar: «Me llamó la atención el accidente del Larache porque parecía el fruto de un error banal, pues se hundió en los mismos escollos en los que había naufragado el Cardenal Cisneros, pero con un resultado mucho más trágico».

La hemeroteca de La Voz de Galicia ayudó a Arturo Losada a recrear aquel escenario de 1908: «Salía un relato minucioso de lo ocurrido, que me permitió incluso utilizar nombres de personas reales». A partir de esa información, tejió una novela en la que trata de explicar las causas del fatal siniestro, introduciendo una serie de elementos que permiten recrear la vida de la época: «La pujante industria conservera, el conflicto entre diferentes artes de pesca y un trasfondo con un paisaje formado por iglesias, molinos de marea, playas y lagunas son componentes de una trama que pienso puede resultar amena para los lectores».

La historia transcurre en un corto período de tiempo: entre el día de San Juan y la celebración de San Roque, es decir, desde el 24 de junio hasta el 16 de agosto. Y cuenta con dos personajes clave: «Pongo en contraste la relación del pueblo con dos forasteros recién llegados, el telegrafista y un superviviente del Larache, Juan Villalobos, que recibe el encargo de su compañía de no abandonar el pueblo hasta que se descubran los motivos reales del hundimiento».

Satisfecho con el resultado de su primer proyecto literario, el arquitecto catalán está ahora centrado en la promoción del libro. Ya hizo una primera venta durante el Sant Jordi de Barcelona y en la primera quincena de junio espera estar en la feria del libro de Madrid. A finales del mes que viene viajará también a Muros: «Será la presentación más especial, porque tendrá lugar el 24 de junio, coincidiendo con el aniversario del naufragio del Larache, y en el espacio cultural Sel, una antigua fábrica que también aparece mencionada en la obra».

Planes de futuro

De toda la experiencia vivida en el proceso creativo, Losada Malvárez guarda un grato recuerdo de la investigación que llevó a cabo en Muros: «En noviembre del 2022 accedí a los archivos municipales y leí actas de diferentes sesiones plenarias de la época. Me llamó la atención que buena parte de los empresarios conserveros eran también concejales en el Ayuntamiento».

Ahora, este escritor novel está ansioso por ver la respuesta del público. De momento, la gente de su entorno lo ha felicitado, pero sabe que los lectores más exigentes están todavía por llegar: «Es una historia especialmente dirigida a los vecinos de Muros». Añade que incluso, tal y como está organizado el texto, de forma visual y cinematográfica, podría encajar perfectamente en una serie de televisión.

Escribir este libro, un proceso en el que Arturo Losada invirtió más de un año, le ha resultado tan gratificante, que no descarta repetir la experiencia: «Tengo historias de origen familiar que podrían perfectamente ser el punto de partida de ficciones interesantes. No lo descarto». Pero será más adelante, porque ahora quiere disfrutar de la divulgación de su ópera prima.