Un solitario duque de Sussex permanece en la capital británica alejado de su familia paterna, que celebra con el monarca la tradicional fiesta real en los jardines de Buckingham
08 may 2024 . Actualizado a las 19:44 h.El príncipe Enrique se encuentra en Londres por unas horas para participar en actos relacionados con los Juegos Invictus, pero sus esperanzas de aprovechar el viaje para ver al rey Carlos III se han desvanecido. Padre e hijo, habitualmente distanciados por todo un océano y por otras cosas mucho más profundas, no se reunirán bajo el pretexto de la «apretada» agenda del monarca, según asegura el diario Daily Telegraph.
El príncipe Enrique, de 39 años, llegó solo a su antigua ciudad, ya que su esposa, Meghan, y sus dos hijos, Archie y Lilibet, permanecieron en Estados Unidos. Él confiaba en poder ver al monarca, quien recibe tratamiento por un cáncer no especificado, pero un portavoz habló en su nombre para explicar que no será así. «En respuesta a las muchas preguntas y a la continua especulación acerca de si el duque se reunirá o no con su padre mientras se encuentra esta semana en el Reino Unido, desafortunadamente no será posible debido al programa lleno de su majestad», indicó esta fuente, que agrega que «el duque, por supuesto, es comprensivo con la agenda de compromisos y otras prioridades varias (del rey) y confía en verlo pronto».
Padre e hijo se vieron por última vez el pasado mes febrero en Clarence House, la residencia donde el monarca pasa la noche cuando está en Londres y que perteneció en su día a su abuela, la reina madre. Enrique voló de inmediato a su país al conocer que su padre había sido diagnosticado de cáncer, pero el encuentro duró pocos minutos y el duque de Sussex regresó a Estados Unidos. No se reunió con más miembros de su familia, ni siquiera con su hermano, el príncipe Guillermo, ni tampoco visitó a su cuñada, por entonces convaleciente de su reciente operación quirúrgica. Su posterior diagnóstico de cáncer no se conocía por entonces.
Este miércoles, Enrique asiste a un acto de acción de gracias para marcar el décimo aniversario de los Juegos en la Catedral de San Pablo, en Londres, donde se ocupa de una lectura.
Está previsto que Enrique vuele a Nigeria este jueves, donde sí se reunirá con Meghan Markle en un viaje centrado en los Juegos Invictus.
Fiesta en los jardines de Buckingham
En el mismo día en que su hijo menor pisaba Londres, el rey Carlos III ha celebrado este miércoles la tradicional fiesta real en los jardines de Buckingham, donde se lo vio sonriente, como informa una crónica de Efe.
Según informaron hoy medios locales, el monarca, de 75 años y sometido a tratamiento oncológico, fue visto con otros miembros de la familia real británica en el evento, al que compareció junto con su esposa, la reina Camila, la princesa Ana, los duques de Edimburgo y los duques de Gloucester.
Carlos III, que se somete a un tratamiento por un cáncer no especificado, se quitó su sombrero negro para escuchar el himno nacional, tras lo cual los congregados lo aclamaron de manera sonora.
Se prevé que el monarca visite este jueves una escuela de ingenieros del Ejército británico en el sur de Inglaterra, como parte de la agenda pública que retomó el 30 de abril, después de anular sus actividades tras anunciar su diagnóstico de cáncer en febrero, según indicó el palacio.
Ese evento precede a otro también de carácter militar que tendrá lugar el 13 de mayo, cuando el rey transferirá a su hijo, el príncipe Guillermo, el cargo de Coronel en Jefe del Cuerpo Aéreo del Ejército, en el centro de aviación de Middle Wallop, en el condado de Hampshire. Se da la circunstancia de que el príncipe Enrique solía prestar servicio en ese cuerpo antes de abandonar sus obligaciones monárquicas.
El 30 de abril, el rey visitó con Camila el Centro Oncológico Macmillan del University College Hospital de Londres, en su primer compromiso público desde el mes de febrero, ya que anteriormente solo se lo había visto en dos ocasiones al asistir a misa en privado.
Además del rey, su nuera, Catalina, princesa de Gales, también está en tratamiento oncológico, después de revelarse en marzo que fue diagnosticada de un cáncer cuya naturaleza tampoco se especificó.